Un año que acaba en 13 no puede presagiar nada bueno, y la verdad es que no podía empezar de peor forma, al menos para los amantes de los animales y sobretodo para aquellos que hicieron lo posible y lo imposible por contrarrestar la peor de todas las caras del ser humano. Tidus, esa inocente criatura a la que unos desalmados intentaron quemar vivo ha muerto. Tidus, esa inocene criatura que ha mostrado lo peor y lo mejor del ser humano ha muerto.
Y dejad que me emocione al pensar en él.
A lo largo de la historia el ser humano ha hecho méritos suficientes para ser exterminado del planeta que le alberga, cual cáncer sigue consumiendo y debilitando a la madre que le da de comer, alterando los ecosistemas de los cuáles se nutre, ... para qué seguir, todos somos capaces de adivinar por qué el ser humano merece la extinción inmediata.
Tidus apenas podía moverse, su piel arrugada llena de llagas causaba más dolor entre sus amigos que a él mismo. Me pongo en la piel de su dueña y me acobardo, no sería capaz de soportarlo, y menos de soportar su muerte: dos veces.
Lo imagino: ese precioso pastor belga saliendo de casa con ganas de corretear, de perseguir a una paloma que a tres metros sale volando en dirección al infinito, que se distrae con sus propias ganas de vivir, ... atado a una verja mientras cuatro HDP lo rocían con combustible y le prenden fuego. ¿Qué piensas? ¿Qué piensa él? ¿Por qué? ¿De verdad nos creemos capaces de solucinar los problemas del mundo cuando no somos ni capaces de convivir con el resto de criaturas de este mundo? Pero eso no es lo peor del caso, la noticia no es el maltrato animal, eso no es una novedad (desgraciadamente). Al menos para mí no es esa la noticia, ni siquiera la muerte del pobre Tidus es la noticia. La noticia son los cientos de personas que se volcaron en ayudarle desinteresadamente, desde veterinarios, profesionales de la unidad de quemados de un hospital de Madrid, a particulares y entidades privadas que ofrecieron todo tipo de ayuda, moral y/o económica para el restablecimiento de la vida del animal.
Este tipo de acciones solidarias son las que me llenan de esperanza, quizás el ser humano no esté del todo perdido, ... quiero creer. Pero se que es como una gota de agua en el océano de la desesperación, una estrella moribunda en el espacio, nada y mucho a la vez. Me enorgullezo de pertenecer a esta útil raza de tarados mentales que darían tres veces su vida por su compañero de fatigas. Y que venga quien quiera a decirme lo contrario. Se que él no la daría tres veces sino quince.
Y prefiero ni imaginarme el estallido de sollozos de su dueña junto al equipo de veterinarios que han convivido con él estas agónicas semanas porque si lo hago no termino de escribir estas líneas ... la soledad es lo que nos queda, un espacio muerto en todos los rincones, un nada y un mucho, un recuerdo ... una esperanza... y sobretodo una enseñanza, una lección de humildad que deberíamos ser capaces de saber compartir. No podemos sacar nada más, no debemos envenenarnos la sangre pensando en los desalmados que le hicieron tal salvajada a Tidus, su conciencia (si tienen, que lo dudo, no debería dejarles vivir), el tiempo y la vida nos pone a todos en su lugar. No lo dudéis.
Hoy sólo nos queda pensar en la lección que nos ha dejado un luchador, un alma inocente como tantas y tantas hay en todas las perreras de España y del mundo, tantos y tantos Tidus anónimos que están sufriendo maltrato, vejaciones, asesinato ... (de hecho en todas las plazas de toros del mundo muere un Tidus torturado cada tarde de corrida) ... debemos seguir con nuestra lucha para que cosas como esta no vuelvan a pasar; porque se que ni es el primer Tidus ni, desgraciadamente, será el último, por ello debemos seguir luchando por ellos, no hundirnos y encauzar de una vez este mundo o morir en el intento.
¡Tidus ha muerto, larga vida a todos los Tidus del mundo!
(Fotos cogidas del blog http://blog.myletsadopt.com/)
No hay comentarios:
Publicar un comentario