Hay un momento en la vida de todo individuo en que las preocupaciones cotidianas, el temor a las dudas insatisfechas por un cuchillo a medianoche, el bofetón del frío personaje que aguarda en la esquina del estanco con una jeringuilla colgando del brazo o de aquellos que sacian su alma con garrafón latino a ritmo de bachata hasta caer muertos en cualquier rincón, quedan amortiguadas por el "me suda la polla ya". Y creo que somos muchos en Zona Comanche los que hemos tomado la filosofía "sudista" como base de nuestros principios. Y supongo que es eso lo que nos mantiene vivos. Vivos y, evidentemente, desprovistos de toda humanidad.
Ya sabéis que suelo hablar mucho de mi barrio, de hecho hay incondicionales lectores de este tipo de post (podéis hacer un "revival" en la categoría "lo paso teta en mi barrio") entre los usuarios del blog. No puedo decir que me alegre, pero sí puedo convertirlo en escaparate alternativo al gran circo en el que han convertido a Barcelona.
Y, señoras y señoreeeeees, sin más espera, hoy les presentamos a todos ustedeeeeeeees .... la vuelta de campana más espectacular, más increíble y más mortal que hayan visto en su vidaaaaaa .... un aplauso para el hombre balaaaaaaaa ....
¿Queréis antecedentes? leed unas líneas más, ... y si os va el morbo y tal pues nada, disfrutad de las fotografías que para eso las hice.
A punto de terminar en televisión una película que ya ví en el Festival de Cine de Sitges "Infectados" (Carriers), de repente un ruido ensordecedor y muy prolongado eclipsó el argumento. Por un momento creí que era algún efecto sonoro. Incluso lo pregunté "¿Eso ha sido de la peli?" ... pues no. Salí al balcón y me encontré con este panorama.
Un coche del revés y, como no, decenas de personas mirando. Algunos corriendo y otros con el móvil en la mano. El ruido había sido el coche arrastrando boca arriba más de 30 metros!!!
Flipante, al coche le faltaba la rueda trasera derecha que la había perdido 100 metros atrás y tenía la dirección destrozada, lo cual quiere decir que había tenido que darse contra la pared o la protección lateral, salir volando y arrastrarse. Que de hecho el ruido que oímos nosotros fue el arrastrón. La policía tardó 5 minutos en llegar y los bomberos 5 y medio.
En 15 minutos se formó el show que provocan todos los accidentes, un nutrido puñado de buitres revolotean ansiosos de sangre y vísceras, se apoyan en el primer lugar que encuentran y comentan la jugada entre ellos. Algunos incluso bajan de sus vehículos accionando la palanca de invisibilidad de sus vehículos gracias al botón de los cuatro intermitentes. En mitad de la vía.
Y el panorama era este (y la ambulancia sin venir todavía):
He de decir que si existe en este planeta un colectivo por el que sienta respeto es el cuerpo de bomberos. En este caso no hicieron nada excepcional, sacaron al tipo rompiendo medio coche y tal, pero no se, son peña que se juega la vida cada día y los tienen bien puestos, qué caramba! que el coche podía haber estallado en una bola de fuego, yo que se ... ¿os hubiera molado eh cabrones?
Tras 15 minutos angustiosos al final los bomberos lograron sacar al conductor. La verdad es que desde el primer momento (sin estar allí) supimos que nada grave había pasado porque no vimos a nadie con las manos en la cabeza. Elemental, no? pues sí, así es. Lamentablemente hemos visto ya muchos accidentes desde el palco donde estamos y reconocemos el habitual gesto de desesperación de la gente que presencia algo así. Es jodido, pero así es. Esto es Zona Comanche amigos, y sólo el más fuerte o el que pasa desapercibido es quien no se lleva la flecha de regalo a la tumba.
Así que nada, me quedé sin ver el final de la película "Infectados" pero a cambio vi uno de esos culebrones a los que estamos tan acostumbrados en el barrio: los accidentes de tráfico, entretenidos y tal, pero que vamos, que no es lo mismo verlo en pantalla que delante de tu casa, claro. En fin, ya tenemos otra anécdota más que contar ¿verdad? pues eso, hasta la próxima, que seguro que será pronto.
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